En una sala oscura y sofocante llena del aroma de la pasión, una mujer rubia con medias de pele y una falda ajustada de color negro se quedó esperando.Su trasero, envuelto en las atractivas medias de pele, sabía exactamente qué significaba esta noche.Al vestirse con su gorra roja, que correspondía al vivo color de sus cabellos, ella señalaba a todos que estaba lista para cualquier cosa.Su atuendo se acentuaba con un par de botas de tacones altos, guantes de látex y una camisa de corset para asegurarse de que todos estuvieran fijos en ella.Ella sabía lo poderosa que era cuando se vestía así, la gente simplemente no podía resistirse a ella.Su pálida boca se cubría de un rojo brillante, que indicaba que ningún hombre podía resistirse a la mujer deliciosa que tenía delante.La sala se hizo silenciosa mientras la anticipación aumentaba para lo que iba a suceder.Un hombre se acercó, sus ojos fijos en la mujer que se encontraba confiada y consciente del efecto que tenía en él y en todos los demás en la habitación.Su lengua de jódil se acercó, humedeciéndose los labios con la idea de complacer a la mujer que deseaba tanto.Se acercó a la mujer rubia, y mientras se deshacía de su atuendo, ambos se dieron cuenta de la intensidad del encuentro que iba a seguir.El hombre acarició su mejillas como si le estuviera diciendo, Eres mía esta noche, mientras su dedo trazaba el perfil de su rostro y sus ojos se cruzaban en un juego de seducción.Sus manos encontraron la piel del otro, la fricción que ardió al iniciarse la serie de pasión y deseo.Ella la tomó profundamente en su boca, su lengua gladiando por la forma de su miembro mientras él soltaba un suspiro profundo.Podía sentir su respiración caliente en su miembro palpitante, siendo acariciado con habilidad por sus manos.Con cada movimiento y toque, su corazón se aceleraba más de lo que había hecho antes.Estaba sumida en su hambre, una sed insaciable por más que el hombre alimentaba.La visión de su cuerpo agitado en la delicia llenó al hombre de emoción y una determinación para profundizar aún más en su pasión.Sus cuerpos se enlazaron como dos hilos de spagetti mientras se retorcían el uno contra el otro, sus manos agarrando la cintura de ella, y las suyas agarrando las costuras de su caderas.Su carne rozó en cada empuje, provocando un infierno entre ellos, una corriente eléctrica recorriendo sus venas.El hombre quería más que una trucha, anhelaba tomar el control de ella de una manera más intensa.Mientras se movían contra cada otro, él podía ver su trasero envuelto en las medias de pele.Anhelaba poseer cada parte de ella y hacerla querer su dominación.Por lo tanto, se colocó detrás de ella, la mujer rubia apoyándose contra la pared mientras él la penetraba.Tomó el control, una rudez que a ambos los llevó a un nivel de excitación nuevo, un deseo por poseer completamente a la mujer.Con cada empuje, el hombre llenaba cada parte de ella con su fuerte y animal poder.Su trasero fue penetrado brutalmente mientras ella disfrutaba cada momento, sintiendo cada gota de sudor escurriendo de su frente, cada sonido de la habitación aumentando su experiencia.Él disfrutó del poder que tenía sobre esta mujer, sintiendo la fuerza correr por su cuerpo al ser cada empuje que le enviaba chispas por la columna y oleadas de placer por su cuerpo.Sus cuerpos estaban empapados en una mezcla de sudor, pasión y deseo.Cuando llegaron al ápice de su conexión, el orgasmo de la mujer rubia alcanzó, oleadas de euforia golpeándola mientras el hombre continuaba posesión de su trasero.Cuando terminó, se quitó, sintiendo la satisfacción y la orgullo recorriendo su cuerpo al ver al esqueleto tembloroso frente a él.Él sabía que su encuentro habría sido algo que ambos recordarían.La habitación volvió a silenciarse cuando ambos se deleitaban en el relucir de su sesión de amor inolvidable, una testificación de la potencia que puede tener la ropa, como medias de pele y trajes rojos, sobre aquellos que atreven a vestirlas.
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