Al ponerse el sol en un cálido día de verano, se tumban uno al lado del otro en la hierba resbalsecita y verde, ambas deseosas de una experiencia erótica sin restricciones.El cabello largo y sedoso de la mujer se desliza suavemente por su espalda mientras siente el viento jugando con ella, mientras su hombre la mira con anticipación llena de deseo.Sus pechos suben y bajan con cada suspiro a medida que su atracción crece, y sus pezones se elevan a través de su diminuto y ligero sujetador que deja poco alentado a la imaginación.Su miembro endurecido se contrae contra la tela de su bóxer, anhelando ser liberado y lanzado profundamente dentro de su húmeda vagina.Sus ojos se fijan los uno en el otro, la deseo creciendo en ellos a medida que imagina su lengua entre sus labios, saboreando cada parte de su cuerpo.No puede evitar devolverle la atracción, visualizándolo de su mano juntas como él se mete hondo dentro de ella.Cuando se acercan, sus labios se unen en un beso cargado de pasión, sus lenguas danzan juntas en armonía.La mano del hombre desliza hasta su nalga desnuda, atrayéndola más cerca hasta que su vagina se fricción contra su dura, resonante miembro, ambos sintiendo cómo la conexión se fortalece con cada empujón.La mujer comienza a abrirse las piernas, proporcionándole acceso a las empapadas partes de su húmeda vagina, mientras su mano llega para su miembro, desabrochándolo de sus bóxers y liberándolo de su confinamiento.Luego comienza a acariciarlo con una mano firme, nunca quitando los ojos del hombre mientras le lustra el calabozo.Al mismo tiempo, la mujer baja sobre la cadera del hombre, apalancándose en su miembro erguido, asegurándose de que cada centímetro de él se sienta dentro de ella.El placer que sienten como sus cuerpos se entrelazan y se empujan el uno contra el otro es escalofriante, y saben que este momento se quedará grabado en sus memorias.Al ponerse el sol, proyectando una luz cálida sobre sus excentricidades eróticas, el hombre toma un vibrador del lado y se lo entrega a su amante.Mira como lo inserta en su trasero, la expresión en su rostro una de pura felicidad y satisfacción.La sensación aumenta su exaltación y ambos continúan fricciónse, la hierba debajo de ellos ofreciendo poco resistencia mientras sus pasiones se construyen cada vez más y más.El hombre saca una cimarron de su bolsillo y se lo entrega a su mujer, quien entusiasmada toma el dildó y empieza a chuparlo apetitosamente, imaginando que es la cabeza de su hombre en su boca.La combinación de la felación con el follar por detrás hace que sus orgasmos acaben siendo cada vez más cercanos.Con un último impulso de pasión, los ojos de la mujer vuelven al blanco mientras alcanza un orgasmo eufórico, su cuerpo temblando bajo él.No puede contenerse por mucho tiempo, el hombre le sigue en pocos momentos después de ella, su propio orgasmo esparciéndose sobre ambos y filtrándose en la hierba por debajo de ellos.Se quedan allí abrazados, exhaustos pero llenos de satisfacción, disfrutando del calor del momento que han compartido.Y cuando el último resplandor del sol se va del cielo, saben que esto sólo es el comienzo de muchos más viajes llenos de pasión, emoción y placer sin enmascarar.
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