La estudiante vestía una falda ajustada que realzaba sus curvas provocativas e indicaba un atractivo secretito en esas faldas.Su profesor quedó cautivado por su atracción y no pudo resistirse a la tentación de entregarse a sus deseos más profundos.Tan pronto cerraron la puerta, él la atacó, la acercó y la besó apasionadamente.Sus labios se unieron con hambre, a punto de morir por el otro, como si sus cuerpos se empujaran entre sí.Una mano se deslizó hacia su muslo, viajando peligrosamente cerca del material que le ocultaba su secretito.Mientras acariciaba su piel, la estudiante podía sentir su corazón palpitando y su respiración atascándose en su garganta, deseando más.Su profesor conocía lo que ella anhelaba y estaba ansioso por dárselo.Removió las capas de su falda para revelar la promesa que se escondía bajo un espectáculo que huiría a los celos de cualquier persona.La humedad entre sus labios hizo que su pene temblara, queriendo hurgar en la profunda y caliente profundidad.Pudo ver lo desesperada que estaba por que la reclamara.El profesor se arrodilló frente a ella, besó su muslo interno y avanzó hasta su vello púbico, degustando cada sabor de su dulce néctar.Con su habilidoza lengua desplumando su clítoris, ella gimoteó de placer y se retorció bajo él.Ya no podía reprimir su necesidad.Sensacional de su orgasmo en camino, el profesor supo que era el momento de darle más que solo una delicia oral.Deslizó su coño derramando de emoción en su entrepierna y comenzó a joderla con pasión desmedida, como si no hubiera mañana.Sus gritos de placer llenaron la habitación mientras se enredaban en el calor de sus deseos.Él bajó y rozó su clítoris con sus dedos, guiando a la joven hasta el borde, para traerla al picante que tanto anhelaba.Las olas de su orgasmo cubrieron a ambos como una marea, cubriendo sus cuerpos con el sudor de su pasión.Su arrojo no disminuía, sino que solo se intensificaba con cada liberación.La estudiante, desafiante, pidió más.El profesor se propuso obsequiárselo, y esta vez moviéndose a sus zonas sensibles que le provocarían un cosquilleo en su espina.Su lengua lamiendo con precisión su clítoris y sus dedos acariciando su vello púbico, fue una sensación como ninguna otra que ella había experimentado antes.Como resultado, no pudo retener la desear de probarlo a ella misma y se aventuró hacia abajo para enfrentar la acción, sumergiendo su boca en la suya.Absoluta y jugueteando con la anticipación de su próximo orgasmo, encontraron una espiral de deseo y satisfacción.Al alcanzar un clímax mutuo, estaban cubiertos en los fluidos del otro, jadeando por el aire como si el mundo fuera a disolverse en un delirio de dulzura.Habían ascendido por encima del límite del placer ordinario, hallándose en un reino en el que los deseos se consumían en cada fibra de sus seres y más allá.Y así continuó la joven siendo manoseada por la lengua de su profesor, y luego lamiéndolo con un hambre insaciable que solo aumentó conforme se aventuraron más allá de lo convencional juntos.La aula, que una vez fue un espacio rutinario para aprender, había ahora convertido en santuario para sus pasiones sin contención.Su relación de profesor-alumnado se había convertido en un viaje sin fin de deseos desnudos e intimidades desviadas.
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